La motivación intrínseca, ese concepto que nos dice que hacemos cosas porque realmente queremos hacerlas, suena como un sueño hecho realidad. La idea de que trabajamos en nuestras tareas y proyectos simplemente porque nos apasionan y encontramos gratificación personal en ellas es, sin duda, tentadora. Pero, ¿es esto realmente lo que ocurre en la mayoría de las organizaciones?
En la teoría, la motivación intrínseca suena maravillosa. Imagina un mundo donde todos los empleados están profundamente comprometidos con sus trabajos, donde no necesitas incentivos externos para que las personas hagan lo que se espera de ellas. Sería un paraíso empresarial, ¿verdad? Pero, lamentablemente, la realidad en muchas organizaciones es bastante diferente.
La motivación extrínseca, que se basa en recompensas y castigos materiales, sigue siendo el motor principal en el mundo laboral. ¿Por qué sucede esto? ¿Acaso no disfrutamos de lo que hacemos, o hay algo más en juego?
La respuesta podría no ser tan sencilla como parece. En primer lugar, la mayoría de nosotros no tenemos la suerte de trabajar en nuestras pasiones absolutas. Muchos empleos son simplemente necesarios para ganarse la vida, y no siempre pueden ser tan gratificantes como nos gustaría que fueran. Esto no significa que no disfrutemos de nuestras responsabilidades en el trabajo, pero puede que no siempre estemos profundamente apasionados por ellas.
Además, el entorno laboral y la cultura organizacional pueden jugar un papel crucial en la motivación de los empleados. Si un lugar de trabajo es tóxico o carece de reconocimiento y apoyo, es comprensible que las personas busquen incentivos externos para mantenerse comprometidas. Las recompensas materiales pueden convertirse en una manera de compensar la falta de satisfacción intrínseca.
En resumen, aunque la motivación intrínseca es un objetivo deseable, no siempre es la norma en el mundo laboral. La motivación extrínseca sigue siendo una fuerza poderosa en muchas organizaciones, y eso no necesariamente significa que las personas no disfruten de lo que hacen. La complejidad de la motivación en el trabajo es un tema intrigante y en constante evolución que merece una exploración más profunda.